Armas Raras de la Segunda Guerra Mundial

Capítulo 1 - Los aliados.

Entre 1939 y 1945, el mundo quedó atrapado en una pesadilla de una ferocidad sin precedentes. Cuando el humo se disipó por fin, surgieron historias de un conjunto extraordinario de nuevas armas soñadas por las mentes más ingeniosas de ambos bandos. Armas raras, como jamás se han utilizado en la guerra. Nueva formas de llevar la destrucción al enemigo, nacidas de la desesperación y la imaginación más desatada. Y en medio de un mundo loco, ningún proyecto parecía demasiado extraño.
Un portaviones insumergible e indestructible, de hielo macizo, flotando en mitad del atlántico. Murciélagos americanos entrenados para llevar pequeñas bombas incendiarias a las ciudades japonesas. Bombas tan increíblemente grandes y poderosas que se introducían bajo tierra y provocaban terremotos.


Capítulo 2 - El eje.

En 1939 la Alemania nazi desató una increíble máquina de guerra. Según se desarrollaba el conflicto más salvaje de la historia, los jefes nazis obligaron a los científicos alemanes a producir un conjunto incluso más raro de armas. Algunas eran revolucionarias, otras, sencillamente, puro delirio. Todas ellas se crearon para llevar la devastación a todos los rincones del globo, y mantener el dominio del Tercer Reich durante mil años.
Un bombardero global, capaz de volar por el espacio a 20.000 km por hora, para llevar la destrucción a cualquier capital del planeta. El primer rifle de asalto del mundo capaz de doblar una esquina. Un arma de vórtice, creada para derribar un avión generando un tornado.