Estas nuevas entregas transcurren en el Madrid de los años cincuenta, poco después de que los Roldán abandonen la Plaza de los Frutos, arruinados y sin porvenir. Hipólito (Antonio Valero) vive una situación irrespirable en su casa marcada por el desprecio de su mujer Regina (Marta Calvó) y de sus hijos Matilde y Carlos (María Cotiello y Nacho López). A eso se une a la falta de dinero y el rechazo de sus antiguos compañeros de armas.

La desesperada situación que vive desemboca en una crisis nerviosa que le obliga a ingresar en una Casa de Reposo. Allí conoce a un joven psiquiatra, Julián Maldonado (Miguel Ángel Muñoz), que se vuelca en aliviar el peso de su culpa y en desentrañar el misterio de su frágil estado mental. Poco a poco Maldonado empieza a entender que la clave de todo lo que le ocurre a su paciente está en su sobrina Alicia y en algún incidente del pasado que Hipólito tiene bloqueado.

Los métodos de Maldonado, un psiquiatra con ideas humanistas y partidario de terapias poco agresivas, chocan de frente con las de otro psiquiatra de la institución, el doctor Maeztu (Álex Ángulo), que es un entusiasta partidario de las nuevas técnicas de lobotomía.

Pese a la oposición de Maldonado, Maeztu convence a Regina de la conveniencia de aplicar a Hipólito la nueva terapia pero antes de que puedan practicársela Hipólito huye de la institución e irrumpe en casa de Alicia.